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La sonrisa es nuestra tarjeta de presentación. La sonrisa forma parte de nuestra naturaleza, aprendemos a sonreír desde que nacemos y nos comunicamos con ella antes de aprender siquiera hablar. Tiene un gran impacto en cómo nos sentimos, porque nuestra sonrisa activa los receptores del placer biológico y afecta en cómo los demás nos ven y perciben. De esta forma se ha convertido en un factor clave en nuestro bienestar y también a la hora de relacionarnos con nuestro entorno, incluso para algunos se llega a convertir en una obsesión, algo que se conoce como dismorfia dental.
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