Es difícil hacer frente día a día al trabajo que se nos pone por delante. Tanto si dirigimos una empresa como si somos asalariados. Echemos ocho horas o más, es cierto que se necesita algo para combatir todo ese estrés que la jornada laboral impone como norma irremediable. De lo contrario, estamos expuestos a que nuestro esfuerzo termine con nuestra salud física y por tanto con nuestro ánimo por ganarnos la vida.
Una de las alternativas que tenemos para recuperar fuerzas durante la jornada es alimentarnos. Y como ello no solo depende de la comida que se ingiera, el zumo de granada se antoja como una posibilidad más que perfecta para mantener altas las defensas. Sobre todo si su elaboración se realiza utilizando los mejores componentes y de la mano de profesionales especializados.
Hace dos años fui contratado por un medio de comunicación nacional para la elaboración de artículos en su periódico y en la página web. Para nadie es un secreto que el mundo del periodismo no se encuentra una situación demasiado boyante: se trabaja mucho y se cobra poco. Como consecuencia, los cuerpos a veces no aguantan el esfuerzo y la moral se encuentra por los suelos. Ocurre muchas más veces de lo que la gente se puede llegar a imaginar.
A mí me ocurría. Pasaba demasiadas horas en la redacción cuando no tenía que estar cubriendo un acontecimiento determinado fuera de ella. Se trataba de un trabajo muy sacrificado y por el que no mucha gente me daba las gracias. Esto me desalentaba en cientos de ocasiones. Con ese pensamiento de fondo los días se hacían eternos y las consecuencias físicas y mentales eran devastadoras.
No se me ocurría manera de hacer frente a una situación como tal. Varios de mis compañeros me habían recomendado que me tomara la vida con algo más de tranquilidad, algo que yo no contemplaba bajo ningún concepto. El periodismo necesita gente activa y que no se relaje. Y para convertirme en un profesional así necesitaba alimentarme mejor. Iba a ser un zumo de granada muy especial el que me iba a hacer revertir mi propia coyuntura.
¿Cómo conseguir un zumo de granada que de verdad me hiciera ser otro en el trabajo? Pedí consejo a algunos de mis compañeros y fueron ellos los que me hicieron conocer la existencia de Probelte Biotecnología, una entidad dedicada a la fabricación y distribución de diferentes productos cuyo objetivo no era otro que el de dotarnos de la energía necesaria para afrontar las diferentes actividades que depara el día a día en cualquier tipo de trabajo.
Un argumento para mantener la vitalidad
Decidí obtener más información acerca del zumo de granada elaborado por Probelte Biotecnología y descubrí que la elaboración de aquel producto no se llevaba a cabo de cualquier manera. Muy al contrario, este era un zumo cien por cien natural, sin aditivos, conservantes, edulcorantes o azúcares añadidos. Además, era cultivado y completamente producido en España. Mejor imposible.
Aquel zumo tenía todas las papeletas para convertirse en el arma perfecta para dejar atrás todos los problemas de cansancio y desánimo que acumulaba durante los meses anteriores. Por eso decidí darle una oportunidad y hacer de él mi acompañante cada día de trabajo. Adquirirlo no había sido difícil y tampoco caro, por lo que si realmente funcionaba, beber aquel zumo de granada se convertiría para mí en una auténtica tradición.
Efectivamente, y como yo creía desde el principio, aquel alimento funcionó y de qué manera. Pronto comencé a recuperar la vitalidad y a acudir de otra manera cada mañana a la redacción. Recuperé las ganas por hacer mi trabajo, un trabajo que es duro y que necesita que nosotros estemos despiertos y atentos al más mínimo detalle.
Mis compañeros y mis superiores notaron la diferencia. Realizaba mi trabajo mucho mejor y con mucha más rapidez. Sin duda, una situación muy diferente a la que había tomado el control de mi vida tan solo unos meses antes.