Cuando se toma la decisión de viajar con un perro o gato en medios de transporte como un barco, avión o tren no estamos ante algo sencillo. Vamos a ver las diferencias que hay entre viajar en unos y otros medios y las posibilidades que actualmente nos proporcionan los medios de transporte para viajar.
Viajar en avión
El avión es un método rápido para viajar. En el caso de los animales. Ellos viajan en jaulas de transporte especial, donde por supuesto se incluye el transportin. En caso de que pesen menos de 8 kilos, es posible que viajen en cabina. De todas formas, los pesos máximos consentidos varían según la compañía aérea que se trate.
Los viajes en avión cuentan con la ventaja de que son bastante más cortos que el viaje que se hace en otros medios, pero, eso sí, si es cierto que puede ser bastante estresante, especialmente cuando el animal debe viajar lejos de los dueños. Aquí no se tiene acceso hasta que llegamos al destino.
Algo con lo que hay que contar es que, aunque el vuelo sea largo, los animales es posible que tengan complicado adaptarse y sufrir lo que sería algo similar al jet lag, donde los problemas de carácter digestivo e irritabilidad pueden aparecer.
En nuestro país hay empresas experimentadas en hacer estos viajes y gestionar todos los trámites. Animalesporavion.es es de las que se encargan de todos estos temas. Siempre aconsejan la reserva de vuelos directos en vez de tomar escalas. A este respecto, siempre es mejor evitar vuelos los días en que se desplazan masivamente los viajeros, pues en ocasiones hay plazas limitadas de animales por vuelo, cuando no restricciones específicas de razas o animales.
Debemos pensar que, si un animal viaja en avión, no es aconsejable sedarlo, puesto que el uso de sedantes aumentar el riesgo de problemas de tipo respiratorio y cardíaco en el vuelo, especialmente en los gatos y perros que tienen el morro plano. La sedación hace que el animal no se mantenga en equilibrio, y es más probable que pueda haber daños en caso de que no esté del todo bien sujeto.
Viajar en tren
En el caso de los trenes de Renfe cercanías, hacen posible la entrada de gatos y perros sin que haya límites de peso, siempre que no se opongan al resto de pasajeros, debiendo llevar bozal y tendrán que ir sujetos con correa o cuando sean pequeños, podrán ir dentro de un transportín como los gatos.
En trenes de larga y media distancia o en Ave solo se van a admitir gatos o perros que no tengan un peso de más de 10 kg y siempre en el interior de un transportín. El animal viaja cerca de su dueño, pero en caso de que cause molestias a otros pasajeros por su comportamiento y demás, pueden ser obligados a cambiar de vagón.
Viajar en barco
Otra opción de viaje, pero en esta ocasión, es más larga por lo general, donde las mascotas acostumbran a viajar lejos del propietario en una zona del barco que se destina de forma específica a los animales de compañía y que cuenta con casetas individuales.
Hay casos en los que el propietario cuenta con la posibilidad de hacer visitas al animal a fin de comprobar que se encuentra bien o puede pasearlo por la cubierta del barco. Los desplazamientos del perro por el barco se realizan en transportín o si son más grandes, tendrán que llevar bozal, collar y correa.
En barcos rápidos es común que haya zonas habilitadas para las mascotas, donde los gatos o perros pequeños que no pesen más de 6 kilos viajarán en transportín próximos al propietario.
Como has visto, las empresas de transporte tienen soluciones para el transporte de mascota. De ti depende si recurrir a ellas. En algunos casos no hay más remedio en otras, el automóvil puede ser la otra alternativa, donde habrá que tener cuidado con los mareos de determinadas mascotas.
Lo mejor, ya en general, es que siempre antes de viajar por otros medios de transporte, que preguntes a las empresas de barcos, trenes o aviones qué normas son las que se encargan de regular el transporte de los animales y proceder a hacer la reserva de la plaza con la antelación debida para que no haya problemas.