La salud de los empleados, lo primero

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Una empresa debe ser mucho más que la institución para la que una o varias personas trabajan. Ese concepto está demasiado anticuado para los tiempos que corren. Hoy en día, una empresa debe ser una familia, convivencia, trabajo en equipo, dedicación. Trabajando desde estas premisas la eficacia y la eficiencia de los trabajadores suele mejorar y por tanto es imprescindible que el buen director conozca cómo conseguirlas.

Ese director, en primer lugar, tiene que ver a sus empleados como compañeros más que como súbditos. Dedicándoles respeto y confianza su sentimiento de pertenencia aumenta de la misma manera que sus ganas de trabajar y dejarse la piel por la organización. En definitiva, desde la Dirección se tiene que cuidar a los trabajadores. Hacerlo es sinónimo de cuidar sus medios de producción.

La empresa que dirijo en la actualidad está dedicada a la fabricación y distribución de chocolates. La historia de la fábrica es bastante compleja puesto que está situada a varios kilómetros del término municipal más cercano, lo que implica una serie de desventajas para los trabajadores que la empresa nunca se había encargado de subsanar: el gasto en gasolina y la pérdida de tiempo que suponía tener que acercarse hasta el municipio para comer y después regresar a continuar con la faena.

Ese fue el motivo por el cual comencé a valorar la posibilidad de introducir algunos retoques a la fábrica. En primer lugar, decidí reservar un espacio para crear un pequeño restaurante en el que los trabajadores pudiesen comer con tranquilidad y sin necesidad de abandonar el recinto. Esto les permitiría ganar tiempo (y terminar la jornada laboral antes) y un ahorro importante de gasolina.

Pensaba que una medida como esta facilitaría la jornada de los empleados. Y realmente fue así. Sin embargo, pronto me di cuenta de que necesitaba mejorar ese restaurante que acababa de impulsar. De hecho, noté que muchos de los trabajadores padecían algún problema de salud. Una empresa, en relación a lo que apuntaba con anterioridad, no puede ser ajena a este tipo de cuestiones y por tanto comencé a recabar información para tratar de combatir esos problemas mediante una alimentación adecuada.

Decidí preguntarle a Marco, un amigo que había realizado estudios sobre nutrición. Él me comentó que era posible que muchos de los trabajadores necesitaran nutrición terapéutica, un tratamiento alternativo que podría solucionar diferentes problemas de salud simplemente con una mejora en la alimentación.

Las palabras de Marco me hicieron reflexionar y comenzar a valorar la opción de proporcionar en el restaurante algunos productos que fueran propicios para garantizar una nutrición terapéutica de calidad. ¿Dónde podría conseguir ese tipo de productos? Ese era el interrogante que me faltaba por resolver.

Probelte Pharma, una alternativa real

Merodeando por Internet comencé a descubrir diferentes entidades que decían ofrecer productos como los que deseaba. Obtuve información de cada una de ellas y, a la hora de decidir, me decanté por Probelte Pharma, una empresa que había estado investigando un asunto como el de la nutrición terapéutica durante al menos diez años. Estaba firmemente convencido que un proyecto tan concienzudo reportaría mejores resultados y por tanto productos más adecuados para mejorar algunos de los problemas de salud de los empleados de la fábrica.

La línea de productos KERIBA ha sido el resultado de ese proyecto llevado a cabo por Probelte Pharma. Decidí contactar con dicha entidad para obtenerlos y así poder ofrecerlos en el restaurante. Estaba convencido de que esta medida ayudaría a todos mis compañeros de trabajo y, como jefe que soy, sentía la necesidad de establecerla lo antes posible.

Desde entonces, han sido muchas las personas que me han agradecido el interés. Según me comentaban, en anteriores empleos no se les había tratado así y lo cierto es que este es un error garrafal por parte de los empresarios. Establecer un restaurante y dotarle de productos idóneos para la nutrición terapéutica ha implicado no solo una mejora en la salud de mis compañeros, sino también un aumento en su sentimiento de pertenencia e implicación con el trabajo. Sin duda, la idea ha sido extraordinaria.

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