Durante los años de crisis financiera hubo una época en la que los precios de los bienes inmuebles disminuyeron de manera significativa, al igual que el crédito, lo que hacía que invertir en este tipo de bienes supusiera hacerlo sin apoyo de créditos o hipotecas, lo que es algo complicado para el ciudadano de a pie.
Muchos inversores inmobiliarios fueron acumulando bienes inmuebles a lo largo del tiempo, haciéndose con una cartera de bienes inmuebles lo suficientemente interesante como para obtener grandes beneficios años después. Y actualmente, nos encontramos no solo con que los pisos están empezando a venderse otra vez, sino que los pisos de segunda mano están vendiéndose más que los de nueva construcción.
Esto es algo coherente, ya que la mayoría de personas que compran un piso no suelen elegir un piso de nueva creación a no se que esté situado muy céntrico o que aporte muchas ventajas para su vida. Además de que existe una gran diferencia entre los precios de adquisición de los bienes inmuebles de nueva construcción y los ya construidos.
Pero durante la crisis no solo se han vendido pisos, sino que hubo un negocio muy grande en la compra de proindivisos. Posteriormente vamos a explicar que son los proindivisos, pero previamente vamos a poner un contexto para entender porqué este tipo de negocios han proliferado.
Por un lado, tenemos que durante los años de crisis los impuestos sufrieron un ligero aumento en algunas comunidades. El impuesto de Sucesiones y Donaciones ha sido muy polémico porque ha supuesto que en Andalucía muchas personas no puedan disolver la sociedad hereditaria precisamente porque las cantidades que tienen que pagar en concepto de impuesto pueden llegar a superar con creces los derechos a heredar.
Por otro lado, tenemos la siempre recurrente situación en la que las parejas se divorcian, dejando tras de sí bienes bajo el régimen de comunidad de bienes, es decir, un régimen en el que ambos son propietarios al cincuenta por cien (o el porcentaje que se determine judicialmente). Esto implicaba que normalmente si el divorcio era contencioso, una de las partes quería vender y la otra no, lo que originaba un bloqueo que no favorecía a nadie.
Y aquí entra en juego los proindivisos
El proindiviso es una forma de llamar a las comunidades de bienes. Es decir es la forma en la que se encuentra dividida la propiedad. Para ver esto de una manera clara imaginemos que vamos al Registro de la Propiedad y pedimos una nota simple de una finca que tiene dos poseedores sobre la nuda propiedad ambos al cincuenta por cien. Pues bien si queremos comprar esta finca tendríamos que comprar la parte de ambos propietarios para tener el cien por cien de la misma.
Pero, ¿qué pasa si una de las partes decide vender su parte de la propiedad a otra persona ajena a la comunidad de bienes? Pues bien nos encontramos con una situación que durante los mencionados años de crisis económica se dio con frecuencia, precisamente porque ante la negativa de una de las partes de vender, se encontraba la necesidad de la otra.
Hay que tener en cuenta que antes de vender a un tercero ajeno a la comunidad de bienes deben ejercitarse los derechos de tanteo y retracto. La acción de retracto se encuentra íntimamente ligada al concepto de derecho de adquisición preferente, ejercitada por quien pretende adquirir un bien que se ha enajenado a un tercero, a diferencia del tanteo que se presenta en un momento anterior, definiéndose como el derecho real que faculta para adquirir una cosa antes que un tercero, pagando el mismo precio que pagaría este tercero.
Pues bien llegados a este punto, merece la pena hacerse otra pregunta ¿Quién quiere comprar proindivisos? Existen muchas empresas que compran proindivisos procedentes de comunidades de bienes debido a la necesidad económica de los propietarios, eso sí a unos precios que les permitan obtener un beneficio con la venta.
Han surgido muchas empresas especializadas en la compra y venta de proindivisos. Pero pocas empresas se parecen a Proindivisos Levante, una empresa que nace fruto de la experiencia de su director general en el mundo inmobiliario y la confianza depositada en el proyecto por parte de sus principales clientes, lo que permite comprar directamente sin intermediarios inmuebles, proindivisos, derechos de herencia… liberándolos de los problemas originados por los mismos.