Entendemos como patrimonio el conjunto de bienes que pertenecen a una persona, ya sea esta física o jurídica y que son susceptibles de una estimación económica. Es decir, todo aquello que posee un valor económico constituye el patrimonio de una persona o empresa. La inmensa mayoría disponemos de un patrimonio ínfimo o nulo. En el mejor de los casos, nuestras posesiones más valoradas a nivel económico (como el coche o la vivienda) suelen ser propiedad del banco con el que hemos contraído un compromiso para poder adquirirlos. Pero también es patrimonio el mobiliario de la casa, el reloj, el teléfono móvil… Aunque, gestionar este pequeño patrimonio no conlleva riesgos ni necesita de la ayuda de un profesional.
Abogados como los que forman parte de FFC Abogados, expertos en tramitar herencias y gestión patrimonial, nos han hablado sobre este tipo de servicios, tan necesario para poder obtener el mejor rendimiento del patrimonio. Esta disciplina es clave para mantener o incrementar el patrimonio e implica realizar un análisis y optimizar el conjunto de bienes patrimoniales perteneciente a una persona o sociedad. Constituye la forma más efectiva de producir un rendimiento positivo y proteger el patrimonio de cualquier contratiempo o desavenencia que pueda surgir.
El patrimonio puede consistir en cualquier bien en propiedad. Hay personas que poseen un extenso patrimonio inmobiliario al cual no saben sacar el rendimiento adecuado. Otras poseen empresas, vehículos o inversiones. Dentro del universo patrimonial, no solo se habla de bienes físicos o tangibles, se incluyen a su vez, los intangibles o propiedades no físicas como son las patentes o marcas, entre otros. En pocas palabras, la gestión del patrimonio es algo fundamental que cada persona debe hacer de la mejor forma posible.
Profundizando un poco mas en lo tangible y lo intangible, todo bien que hace referencia a bienes físicos o materiales de los cuales una persona o empresa es propietaria, en la cual se incluyen propiedades inmobiliarias, mobiliario, vehículos, equipos informáticos o, aquellas que hacen referencia a propiedades no físicas como la intelectual, las marcas registradas o las patentes, son parte del patrimonio. Es decir, tanto las cosas que podemos palpar como las que no. Como tal, hay que hacer una buena gestión para que, en el peor de los casos, no suponga un coste y en el mejor, de rendimiento.
Teniendo en cuenta esta diferenciación, podemos ahondar en las cuestiones necesarias para que llevar a cabo una buena gestión de patrimonio, sea posible y se haga de la manera más adecuada.
En que consiste la gestión del patrimonio
El término gestión viene a decir que consiste en la acción o efecto de administrar y coordinar aspectos relativos a un proceso, empresa, organización o actividad. Por lo tanto, la gestión del patrimonio, abarca todas las acciones tomadas y necesarias para realizar una buena administración del patrimonio.
De manera más técnica, podemos definir el concepto de gestión del patrimonio como el análisis o estudio del patrimonio de una persona o entidad. Dicho estudio, acogerá las diferentes tareas y actividades que han de llevarse a cabo necesariamente para optimizar el patrimonio e incrementarlo. Hay que tener presente que el patrimonio no es algo inamovible, más bien, al contrario, variable y voluble.
Por lo tanto, la gestión patrimonial consiste en la gestión y el manejo adecuado del conjunto de bienes que conforman el patrimonio perteneciente a una única persona, varias o a una sociedad. A la hora de rentabilizar el patrimonio y sacarle el máximo provecho posible, es necesario llevar a cabo una buena gestión.
Ejecutar cualquier tipo de gestión patrimonial requiere que se lleven a cabo tres acciones:
- Estudio de las propiedades, sean inmuebles, vehículos, mobiliario… conocer la situación en la que se encuentran, si están libres de cargas o pesa alguna hipoteca o deuda sobre ellas, etc.
- Formulación de objetivos, como las pretensiones que tiene el propietario hacia el patrimonio en cuestión, hacerlo dinero, aumentarlo, venderlo, etc.
- Elabora un plan de gestión patrimonial en el cual se proponen las acciones concretas que hay que llevar a cabo para conseguir los objetivos definidos.
Sobre esta base, se ejecutarán todas las acciones correspondientes. Si se dispone de un patrimonio amplio, la tarea no es tan sencilla, debido a la cantidad de variables que entran en juego y como los patrimonios se solapan con los objetivos. De ahí que sea importante contar con profesionales que sepan como llevar a cabo un manejo correcto de todas esas variables.
Como si se tratara de una empresa que hay que gestionar y optimizar para su correcto y eficaz funcionamiento, la gestión del patrimonio debe llevarse a cabo de manera eficiente.
Una de las principales ventajas de realizar una buena gestión del patrimonio a cargo de profesionales, es que los mismos, tienen en cuenta tosas esas variables y, poseen todos los conocimientos necesarios para poder ejecutar las acciones concretas para incrementar el valor del patrimonio o mantenerlo.
Establecer un plan
Para gestionar el patrimonio, es indispensable que la persona o entidad encargada de la gestión tenga una primera toma de contacto con el cliente. En ese primer encuentro, debe poner en conocimiento del gestor como esta invertido el patrimonio, sea en posiciones mobiliarias o inmobiliarias, haciendo diferencia en las posiciones financieras, las estructuras y las formas jurídicas de la inversión, puesto que cada una conlleva una serie de implicaciones fiscales u otras.
A su vez, es necesario saber cuales son los motivos razonados de cada inversión, la línea temporal de cada una de ellas y tomar consciencia del riesgo que se asume.
Lo siguiente, es analizar la situación del mercado en términos macroeconómicos y microeconómicos, es decir a gran y pequeña escala, así como los posibles proyectos que tenga en mente el inversor para el futuro. Con estos datos, se puede hacer una idea respecto a si la cartera esta adaptada a las necesidades presentes y va a tener una evolución futura favorable.
De no hacer una buena gestión a partir de los datos obtenidos, no se optimizan los recursos que tanto cuesta producir. Pueden perderse oportunidades de negocio e inversión que generan los mercados, debido a diversos factores como una política económica restrictiva o expansiva o la que depende de cada país.
Del mismo modo, pueden perderse oportunidades claras de entrar en mercados que permitan aumentar la rentabilidad o rebalancear la cartera de inversión, recoger beneficios en el momento apropiado o tener acceso a otro tipo de instrumentos financieros que, en momentos concretos pueden aportar una gran rentabilidad.
Por lo tanto, valorar la posibilidad de contar con una buena gestión del patrimonio, a manos de un experto en la materia, conlleva una serie de beneficios para el propietario.
Al permitir analizar las necesidades patrimoniales, financieras y personales desde un mismo primas, se puede valorar cuales son las inversiones más adecuadas, las prioridades y la línea temporal a establecer, así como replantear los proyectos de futuro.
Todo esto, permite crear una cartera de inversión adaptada a todos los aspectos: financieros, fiscales y personales. Realizar un seguimiento periódico con un análisis de la evolución que sigue la cartera, la situación de los mercados y hacer una valoración sobre la necesidad de hacer modificaciones.
Disponer de un asesoramiento cercano que, antes las situaciones económicas que se sucedan durante el tiempo que dure la inversión, permite contar con una persona de confianza a quien consultar. El acceso a un profesional cualificado para detectar oportunidades de negocio y mercado, permite maximizar la rentabilidad de la cartera, ya sea obteniendo posiciones garantizadas o detectando posiciones infravaloradas o baratas, con un claro potencial alcista.
A parte de todo esto, una de las mayores ventajas que ofrece una buena gestión del patrimonio, es el ahorro de tiempo y dinero que supone. Si relegas la gestión en un profesional experimentado, se puede obtener un plan de gestión en menor tiempo, evitando deudas y procurando una reducción de gastos innecesarios relacionados con el patrimonio.
Por otro lado, se evitan errores que, en este caso, pueden resultar demasiado costosos. Llevar la gestión del patrimonio puede resultar complicado y da lugar a errores, Requiere de dedicación y constancia para que puedan prevenirse y anticiparse los posibles errores y evitar que se produzcan.
Como es lógico, para gestionar el patrimonio con todo lo que puede conllevar, hay que conocer las leyes y regulaciones que afecten a todo lo relacionado con el mismo. No hacerlo, puede implicar la aparición de problemas legales que acaben por afectar a las posesiones. Los expertos en la materia, garantizan que todo este conforme a la ley, evitando esos posibles problemas que puedan surgir.
Antes de concluir, señalar que, para tener una buena capacidad de gestión en la que los riesgos disminuyan y se fortalezca la seguridad financiera, lo mejor es diversificar el patrimonio. Como se suele decir, no hay que poner todos los huevos en la misma cesta. De esa manera, se minimizan los riesgos y, aunque una cesta se caiga y se rompan los huevos, siempre tendremos otra con la que continuar.
Inevitablemente, cuando se dispone de un gran patrimonio que implica manejar diferentes bienes, lo mejor es optar por contratar los servicios de un gestor de patrimonio y así, solo tienes que preocuparte de recoger los huevos de la cesta.