La sal de mesa puede causar problemas como la hipertensión, por lo que es mejor reemplazarla por la sal de mar, ya que proporciona los nutrientes que le faltan a nuestra dieta.
La sal refinada provoca retención de agua. Sin embargo, la sal marina ayuda a liberar el agua retenida, gracias a su relación equilibrada de potasio y sodio.
También ayuda a prevenir la acumulación de heces en el tracto digestivo, favorece el funcionamiento de los riñones, eleva la vitalidad, mejora la sexualidad, favorece la concentración y mejora el drenaje de toxinas.
La sal marina tiene la capacidad de actuar como antiinflamatorio, gracias a su potente contenido mineral. Hay muchos productos, como las cremas, que la usan porque tiene el poder de desintoxicar y exfoliar la piel, aumentar la circulación y proporcionar nutrientes.
Varios estudios científicos han comprobado que la sal marina es favorable para curar la psoriasis y el acné. ¡También previene el envejecimiento!
El profesor William Fenical ha demostrado el poder antibiótico, antiinflamatorio y analgésico de los microorganismos del agua marina. En un estudio japonés se descubrió que en el agua de mar existen disueltas moléculas orgánicas capaces de inhibir la agregación plaquetaria.
Sin embargo, un abuso en el consumo de sal refinada puede causar problemas de hipertensión, sequedad en la piel, sofocos, endurecimiento de los vasos sanguíneos, molestias menstruales, sensación de agotamiento, canas prematuras, dolores en rodillas y riñones…
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda consumir menos de 5 gramos de sal por día.
¿Beber agua salada?
En la actualidad existen muchas tendencias de salud, entre ella se encuentra la de beber agua con sal. Muchas empresas venden esta mezcla, el 29% es dulce, mientras que el 71% restante es salada y se encuentra en los mares.
La fundadora de Practical Nontoxic Living, Sophia Gushée, decidió probar esta tendencia durante una semana. Ella explicó que beber la mezcla ayudó a despejar su piel y mejorar su calidad de sueño.
La sal de mesa contiene mucho menos cloruro de sodio que el agua de mar. La de mar es producida a través de la evaporación y contiene minerales esenciales como hierro, calcio, potasio, zinc, yodo y magnesio.
Ambas están disponibles en granos gruesos, finos y extra finos. Los expertos explican que es mejor diluirla con agua dulce en una proporción de 1 a 3, es decir, una parte de agua salada por tres de agua dulce, zumo o infusión. Lo ideal sería beber una vaso de esta mezcla por día.
El científico francés René Quinton (1867-1925), consiguió un plasma marino con el que curó a miles de niños con grave desnutrición, gastroenteritis o cólera. Diluyendo el agua marina para rebajar la concentración de sales y acercarla a la de la sangre, consiguió ese plasma marino.
¿Por qué son importantes las piscinas marinas?
También puedes disfrutar de los beneficios del agua salada en la bañera de casa. Los minerales de la sal penetran en la piel en forma de iones y estimulan el cuerpo.
Llena la bañera a 37 ºC y añade una concentración de sal. Para una bañera normal de 100 o 120 litros, debes utilizar 1 kilo de sal marina.
El baño debe durar de 20 a 30 minutos. Para exfoliar tu piel mezcla la sal marina con un aceite vegetal de almendras o aguacate y frota enérgicamente por todo el cuerpo.
Incluso, muchas personas tienen piscinas de aguas saladas en sus viviendas. Los profesionales de Alati Oceánica explican que la cloración salina no estropea el pelo, porque este cloro procede de la sal, y no de productos químicos agresivos como el cloro tradicional.
Además, no tiene ese olor característico de las piscinas de cloro. El clorador salino sustituye al cloro químico en las piscinas de agua salada, por lo que no provoca irritaciones en la piel ni en los ojos y su función es desinfectar.
También es llamado electrolizador porque emplea un proceso de electrólisis. ¡Es un sistema sencillo que se instala sin complicaciones!
Además, la cloración salina es respetuosa con el medio ambiente, porque la electrolisis es un proceso natural que no emplea sustancias perjudiciales ni contaminantes.
Estas piscinas son idóneas para personas que buscan hacer rehabilitaciones, porque en una piscina salada al tener agua con mayor densidad es más fácil flotar.
Sin embargo, el cloro es irritante, afecta la garganta y genera irritación en las vías respiratorias. Los odontólogos explican que el cloro provoca una descompensación muy fuerte con el pH de la saliva, por lo que un exceso puede producir una alteración en el esmalte de los dientes y estimular la aparición del sarro.