La década de los años 60 del siglo XX supuso el boom turístico en España y, con ello, la cada vez mayor proliferación de hoteles en nuestro país, especialmente en el litoral español. En zonas como la Costa Dorada, la Costa Brava o la Costa del Azahar aparecieron hoteles cada vez más grandes, con capacidad para hospedar a miles de familias y que lograban colgar el cartel de ‘no hay habitaciones libres’ los principales meses de verano. Pero todas las tendencias acaban cambiando con el tiempo, y la última en cuanto a ocio y turismo se refiere les está afectando de lleno: el ‘fenómeno’ de las casas rurales le está comiendo mucho terreno.
Si bien no es un fenómeno como tal porque es una opción existente desde hace muchos años, fue a partir de 2019 cuando esta opción empezó a colarse con fuerza entre las decisiones de muchos españoles a la hora de organizar sus vacaciones. Y la pandemia de coronavirus que sufrimos en 2020, lejos de desvirtuar esta opción, provocó que muchas familias y grupos de amigos empezaran a plantearse esta opción como alternativa a las grandes masificaciones que pueden llegar a vivirse en un hotel. Y es que son muchas las facilidades que encontramos para reservar este tipo de alojamiento: los anuncios empezaron a través de carteles pegados en las farolas de la localidad ofreciendo el alojamiento; más adelante, con el impulso de Internet, aparecieron portales de individuos ofreciendo sus propias casas como Airbnb y, en la actualidad, contamos con buscadores más profesionales como Ruralzoom, encargados de recopilar todas las casas rurales que hay en la zona elegida y ofrecernos todas las opciones, pudiendo aplicar una serie de filtros.
Según refleja el Instituto Nacional de Estadística, el auge de las casas rurales tuvo un gran impacto en algunas zonas de España, como es el caso de Palencia. Esta provincia registró un total de 358.229 pernoctaciones en 2022, lo que supone un incremento del 40,38% con respecto al año anterior. Además, esta opción de alojamiento incrementa el número de visitantes, ya que es una opción mayoritaria entre familias de numerosos miembros y grupos de amigos. Y no solo eso, sino que los datos muestran también que aquellos que se decantan por esta opción pasan más tiempo alojados que aquellos que se inclinan por los hoteles o por los pisos turísticos.
Cierto es que la pandemia de covid-19 cambió en gran medidas los gustos del consumidor, pero otro motivo que explica el gran auge de las casas rurales es la gran diversidad de eventos que pueden admitir: no hablamos solo de reuniones familiares y escapadas de amigos, sino que también se utilizan para celebrar bodas. En Cataluña, por ejemplo, muchas masías se han reconvertido en preciosas fincas en las que se celebran bodas, ya que permiten alojar a todos los invitados, cuentan con terrenos grandes en los que disfrutar cómodamente del convite y, una vez decoradas, hacen las delicias de los novios y de los fotógrafos.
Otra opción muy demandada son los palacios del siglo XVI que han sido reconvertidos en casas rurales. Pasa mucho, por ejemplo, en Navarra. Allí, se han adaptado por ejemplo la Casa Palacio de Riezu (que data del año 1589), la casa rural Hilaris (que conserva su antigua estructura), el Palacio de Orisoain (que es un antiguo palacio de cabo de armería restaurado artesanalmente), o el Palacio de Olza, cuyo origen se remonta a una torre de linaje del siglo XV.
Las casas rurales mejor valoradas de España
La oferta de casas rurales en España es amplia: en 2021, se ofrecieron una media de 15.048 alojamientos rurales a lo largo del año. Es por ello por lo que Clubrural realizó un ranking con los mejores alojamientos y, si bien las notas fueron bastante buenas (la medida total fue un 8,8 sobre 10), hay varias casas rurales que consiguieron una nota de 9,9 sobre 10.
Hablamos, por ejemplo, del Parador del Silo, en Cóchar (Granada), que tiene una capacidad para 12 personas y el precio medio por persona y noche es de 30 euros; del Huerto de León, en Prádena del Rincón (Madrid), con capacidad de hasta 14 personas y un precio medio por noche y persona de 28 euros; de la Casa Cerezal, ubicada en Cangas de Onís (Aturias) y que cuenta con una capacidad de siete personas y tiene un precio medio de 23 euros la noche por persona; y de Los Faroles, en Burgohondo (Ávila), que puede alojar hasta a 26 personas y su precio medio por persona y noche ronda los 29 euros.