Existen algunos elementos del día a día que utilizamos de una forma tan rutinaria que ni siquiera nos paramos a pensar de dónde vienen o dónde se fabrican. Los hemos incorporado a nuestra rutina y todo el proceso anterior ni siquiera lo tenemos presente. ¿Qué más da, verdad? Sin embargo, para fabricar todos esos productos existen empresas. Entidades en las que lo que para muchos de nosotros es una simple materia prima, allí es el producto final. Se trata de productos como la goma, la cordelería y todo este tipo de lo que podríamos llamar “accesorios”, que solemos utilizar de una forma automática y mecánica, sin saber de dónde vienen ni cómo o con qué se fabrican. La acción se limita a usarlo y, una vez finalizado su proceso, tirarlo o volverlo a guardar.
En cambio, para muchos negocios la cuerda es un elemento básico. Sobre todo, en aquellos establecimientos, empresas grandes o pequeñas y otras entidades en las que la paquetería está a la orden del día. Quien esto firma lo dice por experiencia propia. Desde que yo era pequeño, mi familia regenta un pequeño establecimiento de prensa, revistas y coleccionables. En su caso, la cuerda de nylon ha sido siempre una de esas herramientas imprescindibles, junto a gomas para recoger pedidos pequeños, pinzas para colgar coleccionables en las puertas, plásticos para proteger los productos de la lluvia cuando esta hacía acto de presencia o bolsas de plástico para ofrecer a los clientes que lo necesitasen. Todas las devoluciones se atan, con el fin de evitar que los papales identificativos se pierdan por el camino o que, entre el puesto de venta y el almacén se pierdan algunos productos. Haciendo una media de en torno a diez paquetes de devolución de contenidos por semana, podéis imaginaros que el volumen de cuerda demandado es bastante alto.
Desde su apertura, siempre se había comprado cuerda en establecimientos al por mayor, tipo Makro. Hasta que conocieron la existencia de Cuerdas Valero S. L., la fábrica de cuerdas que dedica toda su labor al suministro de todos los tipos de este producto a cualquier punto de España. Con el objetivo de dar cobertura a todas las empresas o particulares que necesiten la cuerda, la fábrica de cuerdas dispone de una gama completísima de cordelería a precios muy competitivos. El objetivo primordial, o uno de ellos, es garantizar la mejor calidad a través del uso de las mejores materias primas y la tecnología más innovadora para ofrecer materiales de calidad y máxima resistencia. De esta forma, podemos encontrar en su catálogo desde cuerda de poliéster hasta cuerda de algodón, pasando por otros modelos menos comunes como la cuerda elástica o la cuerda de cáñamo.
La empresa, situada en el polígono industrial de Romica, en Albacete, nace con la vocación de ofrecer respuestas ágiles, fiables y con la garantía de rapidez a las empresas de la zona. No obstante, tras más de una década de trabajo y entrega hacia el cliente, la entidad también se dedica ahora a la venta online de cordelería, para que el negocio pueda llevar esos pilares (compromiso, calidad, aptitud y actitud en el servicio, precios competitivos y seguridad en la compra realizada) a las empresas y particulares de toda la geografía nacional. El catálogo de modelos de cuerda es amplísimo, lo que supone una globalización casi total del tipo de empresas que pueden disfrutar de la experiencia de Cuerdas Valero S. L. en beneficio de su propia firma y la economía de la misma. El ahorro es una de las patas que sostienen a las pequeñas y medianas empresas en la actualidad. Por eso, para todos estos empresarios autónomos y que regentan pequeños negocios o empresas muy poco voluminosas, es primordial el conocimiento de este tipo de firmas. De esta forma, el gran stock y la diversidad de productos de la fábrica de cuerdas serán la principal garantía de éxito de la misma. Es difícil que uno acuda buscando un tipo de cuerda y tenga que marcharse a buscarla en otro sitio. Las cuerdas tienen su casa allí. El pequeño empresario, en cierto modo, también.