¿Cómo lavar tu imagen al cambiar de empleo?

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La imagen de una empresa no es importante, es LO MÁS IMPORTANTE. Por muy buenos productos o servicios que ofrezcáis y por muy buenos precios que tengáis, jamás tendréis éxito como empresa o empresarios si la imagen que proyectáis no es la adecuada y eso debéis de tenerlo muy en cuenta. Marta San Miguel sabe mucho al respecto y por eso hemos hablado con ella.

Según esa asesora de imagen y personal shooper de Madrid, la imagen puede ser crucial a la hora de vender o no vender y esto es algo que puede demostrarse fácilmente. ¿Cuántas empresas han cerrado debido a la mala imagen que han ido ganándose a lo largo de los años? Un error lo tiene cualquiera pero una mala imagen que se gana poco a poco es muy difícil de eliminar de la cabeza de los consumidores y clientes potenciales.

Hubo una época, que cualquier cosa relacionada con “Rumasa” producía urticaria. Consiguieron un lavado de imagen muchos años después pero volvieron a mancharse ellos solos y ahora sería imposible levantar nada bajo esa firma. ¿Cuántas personas tuvieron que cambiar de trabajo por la mala imagen de su empresa?

Si la percepción de la empresa en la que trabajas es nefasta en el exterior, puede ser hora de cambiar de trabajo porque es posible que no salgan jamás del problema y tú te hundas con ellos. Eso sí, cuidado con arrastrar la imagen de dicha empresa contigo, no debes unir tu imagen personal, tu marca, con la compañía que abandonas. Una marca personal no se construye en dos días pero sí puedes dañarla en cuestión de segundos si se te relaciona con la mala imagen de tu anterior trabajo.

La solución es clara ante todo esto: debemos salir corriendo de ahí e intentar que la mala imagen de esa empresa no nos salpique demasiado por haber pertenecido a su equipo de empleados, trabajadores, proveedores o incluso inversores.

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Lo primero que debemos hacer es no dejar que nuestro prestigio dependa únicamente de la información que da la compañía. El problema es que las empresas tienen mucho miedo a lo que los empleados digan, aunque no tenga nada que ver con el negocio. Una compañía con mala reputación puede hundir a los profesionales que trabajan en ella, pero éstos se ven obligados a permanecer ocultos.

Conclusión, empieza una campaña de marketing personal. Contrata un personal shopper, haz que tu imagen no tenga nada que ver con la que tenías antes pero, al mismo tiempo, mantén la elegancia y la apariencia de una persona de confianza que ellos saben sacar. No ocultes que has trabajado en la empresa de la que queremos desvincularnos porque si lo averiguan por otros medios que no sean tú mismo será aún más perjudicial para ti, lo que debes hacer es incluirlo en tu currículo pero quitarle importancia diciendo que jamás te dejaron demostrar tus habilidades y que te tenían coartado o algo parecido. Algo así como que te limitaste a hacer lo que te pedían a pesar de que tú tenías nuevas ideas y mucho más innovadoras porque no podías expresarte en esa empresa, no te lo permitían.

Lava tu imagen, despréndete de aquello que puede ensuciarla y no mientas, bajo ningún concepto. Solo adorna los hechos.

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