La salsa es un ritmo y un baile que enamora al mundo. Por sus movimientos sensuales y vitalistas. Por su síntesis particular del carácter pasional y festivo de la cultura latina. Un ritual social que sincroniza la unión entre la comunidad con la relación entre los bailarines. La salsa es íntima y pública al mismo tiempo. Cargada de energía y de sensualidad. De ahí la atracción que despierta entre la gente.
La salsa es una mezcla de músicas caribeñas como el mambo, la guaracha, el son y el jazz, debido a la presencia norteamericana en Cuba antes de la revolución, que se fue fraguando poco a poco a lo largo de décadas en la isla caribeña a través de orquestas populares y de baile.
Como se explica en la “Historia de la Salsa” editada en la web historia-biografía.com, en 1933, el cantante cubano Ignacio Piñeiro acuña el término, grabando una canción que se llamaba “Échale Salsita.” En la década de los años 40, el músico Cheo Marquetti viaja con su orquesta a México para exportar esa música nueva que se estaba creando en Cuba. De vuelta a la isla denomina a su conjunto “Los Salseros”, inspirado, según decía, por las salsas picantes que en país azteca le echaban a la comida. Cheo se hizo muy popular en su época y viajó por el Caribe, incluido Venezuela y Colombia. Pronto desde la radio empezó a denominarse a su música “Salsa”.
Después de la segunda guerra mundial se produce una emigración masiva desde el Caribe hacia EEUU, principalmente a Nueva York. Más tarde, tras la revolución cubana, se redirecciona también a Miami. En 1964, influenciados por lo que estaba haciendo la comunidad afroamericana con el Soul y el R&B, se funda en Nueva York el sello Fania Records, con la idea de reunir a los mejores cantantes y músicos latinos. En esa época, la salsa alcanza las mayores cotas de creatividad artística de la historia, con cantantes como Cheo Feliciano, Héctor Lavoe, Rubén Blades y la cubana Celia Cruz, y músicos como el trombonista Willie Colón o el percusionista Tito Fuentes.
A finales de los años 80 y principios de los 90, la salsa cambia la temática de sus canciones y surge “la salsa sensual”, que con un tono romántico hacía alusiones elegantes al sexo. Es cuando aparecen cantantes como Eddie Santiago, Óscar de León o Lalo Rodríguez, con su inolvidable “Ven, devórame otra vez.”
En la actualidad, cantantes como Marc Anthony, mantienen esté género en la cúspide musical contra viento y marea.
La salsa es una fusión entre los ritmos africanos y las melodías europeas, en este caso españolas, producida en América con elementos propios. Un punto de encuentro entre tres continentes en el terreno de la música. Algo que también sucede con la Cumbia colombiana y el Rock & Roll.
La música.
Aunque la salsa es una mezcla entre distintos estilos musicales, es el son cubano el que marca el ritmo con su clave de son. Caracterizada por una estructura de 3 claves, 2 contra-ritmos, 2 claves y silencio. En un compás de 2 x 4.
La percusión es la base de la salsa. Una percusión repetitiva de estilo africano que se realiza con bongó, güiro cubano, cencerro, maracas y conga. En los años 50 se incorporan los timbales de las orquestas de calle y en los años 30, para reducir la excesiva presencia de la percusión africana, se le da protagonismo a las congas, eliminando otros instrumentos.
Sobre la percusión se integra la melodía, para ello se utiliza el piano, la flauta y la sección de metales: trompetas, trombones y saxofón. La orquesta se completa con contrabajo, o bajo eléctrico, y la guitarra.
El sexteto de son cubano, base de las orquestas de salsa, estaba formado por 3 guitarras, un contrabajo, bongos, maracas y clave.
Las canciones se caracterizan por un estribillo pegadizo y repetitivo, cantando generalmente a coro, un canto melódico de las estrofas y un fraseo, hablado hacia el final de la canción e intercalado en el estribillo. La salsa es una música animada desde el principio que va en progresión rítmica, concluyendo en una prologada explosión catártica.
El baile.
La salsa se baila en pareja. Es un baile liberador, elegante y desinhibido. Según Danger Rodriguez, coreógrafo cubano que dirige una academia de baile en Las Franquesas del Vallés (Barcelona), es una terapia maravillosa de vida.
El paso básico de todos los estilos de salsa involucra tres cambios de peso, o inclinación hacia un lado, alternado por una patada al aire. Como en los bailes europeos de salón, el hombre sujeta a su compañera por la cintura, y la mujer sujeta al hombre por el hombro. Uniendo las dos manos en el sentido opuesto al de la inclinación del cuerpo.
Por el ritmo de la música, los movimientos de los pies y los cambios de sentido son más rápidos que en la mayoría de los bailes, introduciendo giros y tumbados, como en el tango.
Se baila en un compás de 4 x 4. Si bien el bailarín de salsa cuenta el tiempo de uno a 8, duplicando los movimientos. El hombre baila frente a la mujer. Él alterna sus pasos empezando por el pie izquierdo y seguido con el derecho y la mujer lo hace en sentido inverso.
La gran creatividad de este baile da lugar a un sinfín de pasos, algunos de ellos adaptados de otros de otras danzas caribeñas, como los pasos hacia atrás, recogidos del mambo, o los pasos de lado, heredados de la rumba. También se utiliza el zapateado, en el que el bailarín marca el énfasis plantando el pie de plano en el suelo, remarcando con el gesto el silencio del final de un compás, o los pasos libres, que el bailarín realiza separado de la pareja de baile. La salsa también da lugar a la improvisación, si bien el bailarín de salsa ante todo ha de dominar los pasos básicos y el ritmo.
Existen diferentes estilos o escuelas de baile, como el estilo cubano, el más elegante, inspirado en cómo se bailaba en los salones de La Habana a finales de los 50; el estilo de Cali, propio de la ciudad colombiana y caracterizado por sus rápidos movimientos de piernas y cadera; el estilo puertorriqueño, con un conteo diferente; el estilo de Nueva York, que es una simbiosis entre el cubano y el puertorriqueño; el estilo venezolano, desarrollado a las afueras de Caracas, con una gran cantidad de giros que culminan en un abrazo; o el estilo colombiano, que incorpora pasos de cumbia.
Ventajas de bailar salsa.
Bailar salsa, aparte de ser una estupenda manera de relacionarse con el sexo opuesto, proporciona una gran cantidad de ventajas físicas y emocionales para el bailarín. En la web salsaybachata.com enumeran algunos de ellos.
En el terreno físico, el baile es un ejercicio aeróbico que ayuda a bajar de peso. Es una manera divertida de quemar calorías. La salsa modela el cuerpo, sobre todo las piernas, los brazos y los glúteos. Corrige la postura de la espalda, manteniendo el cuerpo erguido y enseña a caminar con elegancia. La salsa es un baile rápido que mejora la circulación de la sangre y educa en el control de la respiración, lo cual redunda en el bienestar del organismo.
Este baile ejercita el cerebro en varios aspectos. Mejora la coordinación psicomotriz, por la complejidad de sus movimientos, aumenta el equilibrio y ejercita la memoria, ya que el bailarín debe aprenderse los pasos de baile y estar pendiente de reproducirlos. Bailando salsa con frecuencia se mantiene el cerebro joven y activo.
Bailar salsa es una estupenda terapia emocional. Transmite alegría, acaba con la timidez y aumenta la autoestima. Es un ejercicio liberador, mientras bailas te olvidas de los problemas cotidianos, sonríes y te diviertes. Combate el estrés. Es una danza que desinhibe. Te enfrentas a las miradas de los demás sin darles la más mínima importancia. Da rienda suelta a explotar la sensualidad que toda persona lleva dentro.
Tiene también un efecto social, de relación con los demás. Practicando la afición por el baile se entra en contacto con personas con los mismos intereses e inquietudes. La persona se involucra en un entorno sano que se divierte practicando un ocio que no necesita de alicientes diferentes para pasárselo bien. Existe toda una red de locales, discotecas, grupos, academias por donde moverse y desarrollar esta afición.
Bailar ayuda a relacionarse. Solo por el hecho de saber bailar salsa serás requerido en todas las fiestas, no te faltarán ofertas de compañeros de baile, da igual que seas hombre o mujer, o que tengas la edad que tengas. Con el baile exploras otra forma de comunicarte con los demás y de expresarte, utilizando y conociendo tu propio cuerpo.
En la salsa, baile y música van indisolublemente unidos. Expresa como pocas músicas el punto de vista y la filosofía hispana y latina ante la vida. De disfrutar el momento, de alejar de la mente las tristezas, de ante todo ser feliz y de olvidarse de los prejuicios, mostrándose al mundo tal y como uno es.