España saca barriga, no pecho

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En mi visita a Estados Unidos me di cuenta de dos cosas, la primera era que era muchísimo más caro comer de manera sana y equilibrada, siendo facilísimo consumir comida rápida; y en segundo lugar, que no puede ser que en los países desarrollados se utilice la comida como un elemento para desconectarse de la realidad.

No estoy hablando de Matrix y tampoco de píldoras azules o rojas. Estoy hablando de una realidad que sucede todos los días. Existe un porcentaje muy alto de la población que utiliza la comida para darse no solo un capricho, sino un banquete o un festín, que como todos los excesos está pasando factura.

Supuestamente los países desarrollados deberían de sacar pecho de que sus sociedades son las más avanzadas, gracias a que cada individuo de la sociedad contribuye en hacer la sociedad más potente y grande. Pero si esto lo tuviéramos que hacer en la vida real, lo único que se podría sacar sería tripa y no pecho, ya que este también estaría sobredimensionado consecuencia de la grasa corporal abundante.

Lo peor de todo es que aunque los estados y las empresas trabajen por cambiar esta situación, nos encontramos que la mentalidad de la sociedad sigue sin cambiar, y seguimos cometiendo los mismos errores. Pero esto es cosa de las últimas tres generaciones de la sociedad, que debería de ser ejemplo para no afectar a las futuras generaciones.

En el artículo de hoy vamos a hablar sin tapujos ni temores de la obesidad, y en concreto de las cifras que más duelen, que son las de obesidad infantil.

Los más pequeños son los que más sufren

Tan y como comentan en Consalud, el caso de la obesidad infantil, se trata de uno de los mayores desafíos de la salud en el siglo XXI. En los últimos 40 años, de 1975 a 2016, el número de niños entre 5 y 19 años obesos en el mundo se ha multiplicado por más de 10 y, de mantenerse así las condiciones actuales, en el año 2022 habrá más población infantil y adolescente con obesidad que desnutrida.

En 1975, un total de 11 millones de niños y adolescentes presentaban obesidad, en 2016, 124 millones; además, 213 millones presentan sobrepeso sin llegar al umbral de la obesidad. Por contra, unos 192 millones están desnutridos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Por lo tanto, a los expertos de Clínica Opción Médica les preocupan las consecuencias del aumento de peso durante los primeros años de vida ya que está claramente asociado a un mayor riesgo y aparición temprana de enfermedades como la diabetes. Además, una vez aparece en edades tempranas tiene tendencia a continuar a lo largo de la vida.

En España, según la investigación de la OMS, entre 1975 y 2016, la obesidad ha aumentado en niños del 3 al 12% y en niñas del 2 al 8%. El intervalo del estudio es muy amplio y, según la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición del Ministerio de Sanidad, las cifras en nuestro país sobre obesidad y sobrepeso están disminuyendo, pero hay que seguir trabajando para que la tendencia continúe en descenso.

Con este panorama nos encontramos con un panorama en el que los niños que no adelgazan al pasar la adolescencia, no solo se encuentran con obesidad, sino con una gran cantidad de carga emocional negativa acumulada como consecuencia de los complejos adquiridos durante la adolescencia, que no olvidemos que es uno de los momentos más importantes del aprendizaje de todo ser humano.

Por suerte, la obesidad sigue siendo un problema al que podemos combatir, y cuanto antes se empiece mejor, ya que como hemos dicho la obesidad puede derivar en otras enfermedades. Una dieta sana y equilibrada, deporte controlado y mucha fuerza de voluntad suelen ser elementos que combinados de forma correcta dan muy buen resultado.

Pero para aquellos que necesiten una ayuda extra, o sus casos sean extremos, tenemos la cirugía bariátrica. Este tipo de cirugía la realizan expertos como la Clínica IMOS, una clínica compuesta por un equipo de profesionales que han dedicado su larga trayectoria profesional a tratar pacientes con obesidad y sus comorbilidades, así como los problemas psicológicos y sociales que lleva asociada la enfermedad.

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