En los últimos años, muchos nuevos términos se han incorporado a nuestro vocabulario. Y no hablamos de esas palabras que ha ido incorporando a su diccionario la Real Academia Española, como abracadabrante (que hace referencia a algo muy sorprendente o desconcertante), papahuevos (que lo acepta como sinónimo de papanatas) o amigovio (que se utiliza cuando una persona mantiene con otra una relación de menor compromiso formal que un noviazgo). Más bien, nos referimos a palabras que en realidad siempre han existido, aunque no supiéramos que estábamos allí, como el nombre de algunos tipos de algas, frutas difíciles de encontrar o verduras que se han originado como consecuencia de experimentar en los laboratorios.
Y todo esto ha sido posible gracias a que cada vez más personas se interesan por el cuidado a través de la alimentación, por los productos naturales y por la sostenibilidad del planeta en el que vivimos. De hecho, este fenómeno ha dejado de ser una moda gracias a su buena aceptación por parte de los consumidores y por los resultados que se obtienen. Es por ello por lo que las diferentes industrias no han sido ajenas a todo esto y se ha podido estimular la creación y fabricación de a través del uso de vegetales, hierbas y especias, conocidos comúnmente como ingredientes botánicos.
Como destacan desde Marenostrumtech, los ingredientes botánicos tienen mucha cabida en la actualidad en sectores como en el farmacéutico, en el de alimentación, en el de la cosmética, en el nutracéutico y en la nutrición animal. Y el más interesante sea, quizás, el de la cosmética, ya que estos productos cuentan con unos principios activos que se obtienen de las flores, las hojas, los bulbos, los frutos o los tallos de las plantas, que son sometidos a delicados procesos de extracción para poder ser utilizados.
El uso más conocido se encuentra en el cuidado de la piel a través de los aceites, como por ejemplo el de rosa mosqueta, que es uno de los que ha alcanzado mayor popularidad en los últimos tiempos. Este extracto es un potente regenerador de la piel y es precisamente esta propiedad la que lo convierte en un producto estrella en el cuidado de cicatrices. Pero también encontramos otros aceites con propiedades muy interesantes, en función de lo que se quiera tratar:
- Otro aceite muy conocido y común es el aceite de almendras dulces, utilizado ampliamente en la cosmética tradicional. Está considerado como un buen emoliente y es muy rico en ácido oleico y vitaminas A y E.
- El aceite de oliva es uno de los hidratantes naturales más eficaces, ya que permite reparar las partes de la piel que estén dañadas, además de protegerla y humectarla en profundidad. Su elevado contenido en ácidos grasos naturales ofrece además una excelente opción para combatir los signos del envejecimiento prematuro y mantener la elasticidad natural de la piel.
- En cuanto al aceite de aguacate, este posee una acción hidratante, regeneradora y protectora que le hace ser un aceite muy valorado en cosmética.
- El aceite de argán también tiene unas propiedades muy poderosas que ayudan a mantener la piel en perfectas condiciones. Cuenta con ácidos grasos como el ácido linoleico y su gran aporte en vitamina E y antioxidantes, que hacen que este aceite sea el producto indicado para combatir la sequedad de la piel, así como para regenerarla y ayudar en su hidratación.
- El aceite de jojoba contiene provitamina A, vitamina E y ácidos grasos, entre otros componentes, y son ideales para reestructurar y regenerar la piel de forma natural, además de evitar su oxidación y envejecimiento. También es un buen aliado para las mujeres embarazadas que quieren prevenir las estrías y mantener su piel suave y lisa.
Otros consejos para cuidar de la piel
Aunque es verdad que los productos naturales son mano de santo para todo tipo de dolencias, a veces una buena prevención es mucho más eficaz que cualquier producto o tratamiento. Y aunque el uso de aceites es recomendable en cualquier situación y época del año, podemos ayudar a nuestro cuerpo y a nuestra piel a mantenerse sanos y cuidados de muchas otras maneras. Uno de los consejos más repetidos es el de protegernos del Sol usando protector solar y ropa protectora, además de optando por escoger las zonas con sombra tanto si vamos a la playa como si caminamos por la calle. Fumar envejece la piel y contribuye a la formación de arrugas, de modo que se podría poner coto a esta situación dejando el tabaco. Y otro buen consejo es el de limitar la hora de baño, evitar los jabones fuertes y secarse la piel con golpecitos.