Protégete contra el fuego

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Uno de los mayores miedos de una empresa es el fuego. Pensadlo bien. En unas oficinas en las que no tienes dinero que puedan robarte ¿qué es lo peor que puede pasar? Por imaginar podemos pensar en cientos de cosas pero una de las más factibles es que un cortocircuito en la red eléctrica o un chispazo en un ordenador viejo prenda la mecha del fuego que arrase con todo lo que haya dentro de esas estancias ¿verdad? Y eso que hablamos de una empresa que no tiene por qué estar expuesta al fuego directamente.

Ahora pensemos en naves industriales con maquinaria que gasta más energía que diez edificios juntos, o en almacenes que guardan el producto que un agricultor ha conseguido esa temporada y del que depende el sustento de toda su familia. Esas empresas tienen un mayor porcentaje de posibilidades de sufrir algún tipo de incendio, las fábricas por la red eléctrica y el tipo de maquinaria utilizada y los almacenes por encontrarse en medio de campos agrícolas que en verano pueden verse afectados por fuegos provocados, o no. Por eso, uno de los primeros consejos que doy cuando me hablan de hacer reformas en cualquier tipo de empresa, o de levantar desde cero una fábrica o almacén, es que se pongan en contacto con Terpolar y pidan presupuesto para instalar algún tipo de aislamiento térmico.

Y es que, por mucho que nos pueda doler a nosotros, los que preden fuego al monte tienen muchísima impunidad. De 499 incendios en Cantabria, sólo 4 de ellos han tenido sentencia firme, lo que deja a 495 sin culpable (los haya o no).

Casi la totalidad de las diligencias abiertas por la Fiscalía terminan siendo archivadas ante la imposibilidad de relacionar el incendio con una persona y soy consciente de que algunos de esos incendios han sido accidentes o negligencias pero otros tantos han sido provocados por la mano humana, a conciencia, sabiendo lo que se hacía, y no podemos hacer nada por evitar que siga ocurriendo porque esas personas, por decir algo, siguen paseando libremente y sin multas por la calle.

Obviamente este tipo de incendios afecta a agricultores, vecinos de la zona, al turismo, etc. pero no podemos obviarlos sólo porque no nos toque lo que nos puede provocar un daño directo a nosotros, o a nuestra familia.

Las empresas especializadas que se dedican a prevenir incendios o a tratar de disminuir sus efectos sobre nuestros bienes inmuebles deberían tener algún tipo de subvención por parte del Estado con el fin de que puedan ofrecer presupuestos más económicos a familias y empresas cuya vivienda, nave, almacén o establecimiento se encuentre en una zona de riesgo.

Pienso exactamente lo mismo en los casos de inundaciones ya que son los vecinos y las empresas de las zonas las que se ven afectadas pero podría pasarnos a cualquiera y los seguro no cubren ni la tercera parte de los daños que sufrimos.

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