Uno de los mayores miedos de una empresa es el fuego. Pensadlo bien. En unas oficinas en las que no tienes dinero que puedan robarte ¿qué es lo peor que puede pasar? Por imaginar podemos pensar en cientos de cosas pero una de las más factibles es que un cortocircuito en la red eléctrica o un chispazo en un ordenador viejo prenda la mecha del fuego que arrase con todo lo que haya dentro de esas estancias ¿verdad? Y eso que hablamos de una empresa que no tiene por qué estar expuesta al fuego directamente.
Ahora pensemos en naves industriales con maquinaria que gasta más energía que diez edificios juntos, o en almacenes que guardan el producto que un agricultor